De vuelta en Londres encuentro a una ciudad bañana en blanco. Tuve suerte porque la nieve empezó a caer cuando ya el avión había aterrizado. Unas horas después empezó el caos: vuelos cancelados, carreteras bloqueadas, accidentes...
Esta ciudad no está preparada para las nevadas. De hecho, el aeropuerto permanece cerrado y muchas personas están angustiadas pues sus planes de navidad, en buena medida, dependen de aviones y trenes.
Una querida amiga tuvo que desistir de volar a Vietnam... pues hasta el jueves no hay forma de salir de Londres... Supongo que en esa misma situación estarán muchas personas.
Lo mejor es quedarse en casita y ver una peli con chocolate caliente. (Aquí van unas fotos de como estaba la entrada a mi apartamento).
Disfruten los que leen estas líneas desde tierras más calientes!
