15 oct 2010

Los 33 motivos para el optimismo



La historia de "los 33" es sobrecogedora ¿O hay algún otro adjetivo?

Veo los periódicos y mis ojos dudan de lo tienen en las portadas: Un país latinoamericano como noticia positiva. Chile como historia global. Es surreal.

(Como es sabido entre amigos y colegas tengo una cajita donde guardo el cariño que tengo por Chile y con este desenlace ahora necesito una caja mucho más grande!).

La tragedia deberá recalibrar la seguridad laboral en la industria minera de segunda clase (minas como la San José son un insulto a la humanidad) pero lo que captura mi imaginación es la tinta emocional de esa historia que empezó mal y un rescate que acabó bien.

Y basta reimaginar los sentimientos encontrados de esos hombres: hambre, desesperación, esperanza, enojo, miedo, pesadillas, resignación, silencio...y 10 semanas después oxígeno, cariño, amor. (Y la prensa mundial)

Por eso no he tenido la paciencia para leer a quienes insisten en el matiz ideológico (que si hay marketing del gobierno chileno o no) o en chismes de la prensa (que que si reciben X dinero o no, que si hubo divisiones o no).

Esa historia como pocas ha dado licencia para el optimismo. Y como lectora quiero que la licencia sea válida por un buen tiempo. Que me deje la prensa prolongar la magia de ese rescate de "los 33" que nos ha cautivado a todos!

Me ha impresionado la organización casi científica de los 33, por un lado, y del gobierno chileno y sus colaboradores por otro. Trabajar en equipo es un arte difícil y esta vez Chile sacudió al mundo al mostrar que tiene artistas de primera. (Aquí en Inglaterra, donde saben poco de América Latina y lo poco que saben es muy malo, esto ha llegado como una genuina sorpresa).

(Aqui van algunas portadas de la prensa global)

De vuelta en Occidente ¿Qué concluir de Tianjin?



Acabo de regresar a Londres de un viaje de trabajo desde el 1 de Octubre. Estuve en China, mi primera vez, para participar en las negociaciones climáticas de las Naciones Unidas. Esta vez tuve el honor de trabajar por mi país (normalmente voy como observadora) y volví animada del rol constructivo que jugamos.

Sin embargo, no tapo el sol con un dedo. El proceso sigue polarizado (principalmente porque no hay fórmula para resolver la parálisis entre EEUU y China) y el comportamiento en los salones y pasillos confirma que la pobreza de espíritu de solución. Sospecho que una de las pocas luces después del tunel es el espíritu constructivo del Diálogo de Cartagena - países que quieren avance, soluciones y un alto a las recriminaciones.

Más adelante voy a subir fotos de China (bueno, Tianjin!). Me dejó boquiabierta la infrastructura que están construyendo. No hay duda que el nuevo imperio avanza. No me extraña que EEUU y Europa estén nerviosos.