Cuando duró nos llevamos bien. He aquí la historia de una relación, inusual e inesperada, entre una tica y Londres. (Ahora vivo en Oslo)
9 jul 2009
Fotografía de la felicidad tica
Ha sido interesante esta última visita al terruño. Me ha llamado la atención el contraste entre las conversaciones cotidianas e incluso en la televisión respecto al deterioro visual de la capital, el caos vial luego de que un "sala-cuartazo" acabara con la restricción vehicular y, sobretodo, la inseguridad y violencia que se respira en las calles. En fin, que la gente se siente mal. Y sin embargo, abre uno La Nación y descubre que Costa Rica alcanza el número 1 en el ranking global de la felicidad! Y entonces me pregunto si es que tendremos una fórmula secreta para "quejarnos sin amargarnos" (o sea, que nos quejamos a diario pero estamos contentos en el fondo) o si más bien es que las fórmulas académicas para medir la felicidad están equivocadas - y mucho.
¿Costa Rica es o no es el país más feliz del mundo? No lo sé. Pero sé que la noticia se ha globalizado. Y no se han hecho esperar los correos de amigos o colegas extranjeros que me informan, casi felicitan, por tener el pasaporte correcto...Soy una habitante del país que oficialmente es más feliz de todos! Visto desde afuera no hay misterio: el nuestro es un país hermoso, sin ejército, sin religiones extremistas y (se dice) menos orientados a lo material que otras sociedades. También es un país pequeño y eso ayuda. Sin embargo, lo importante no es la fotografía que un centro inglés (The New Economics Foundation) tome de Costa Rica, sino la imagen que el propio país tenga de sí mismo al desnudarse ante el espejo. A veces un espejo es más revelador que una fotografia. Y en nuestro caso, mirarnos al espejo, como sociedad, requiere admitir que se necesita una forma mucho más inteligente de gestionar los recursos naturales y las ciudades para así no sólo ganar reputación afuera sino crear calidad de vida adentro.
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