Cuando duró nos llevamos bien. He aquí la historia de una relación, inusual e inesperada, entre una tica y Londres. (Ahora vivo en Oslo)
2 feb 2009
Danza a Gran Velocidad (DGV)
Me prometí que invertiría en mi crecimiento cultural así que lo estoy compliendo. Este sábado fui la Opera de Londres a ver el London Ballet. Parte de mi auto-aprendizaje incluye ver lo que no acostumbro ver, como por ejemplo ballet (Sólo había ido una vez en la vida). Fueron palabras mayúsculas! Estuve en la tercera fila, casi tan cerca de la orquestra abajo que casi podía oir al Director respirar. Como se puede apreciar estoy cumpliendo mi palabra literalmente! No es barato pero se debe invertir en cosas que se pueden llevar en la memoria (y se debe apoyar al arte!). Vaya esfuerzo mental que tuve que hacer para no dejar el gran hombre con la gran cabeza - casi en el asiento de adelante- matara la emoción de tener el asiento que yo tenía! Bueno no es culpa de el ser alto y por lo menos se ve que le gusta el ballet). Estuve allí tres horas y ví tres piezas: "Los pecados Capitales", "Carmen" (una parte), y "Danza a Gran Velocidad". Fue este última la que más me impresionó. No fue sólo la magia de la música y la energía acelerada de los bailarines sino esa creatividad en la coreografia y los sonidos. Carmen estuvo genial también. Pero en el fondo es fácil ganarse al público pues es música mundialmente famosa y sabemos que ya ha cautivado a audiencias por décadas. Pero la DGV era un experimento. Su director se corre el riesgo de que a la gente no le guste. Por lo tanto merece crédito por ser audaz y haber sabido conquistar a todos de primera entrada. De hecho, el acto fue ovacionado.
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