1 abr 2010

La timidez de Bruselas






En 1993 fui a Bruselas por primera vez y recordaba la plaza central muy bien. Hoy en 2010 sin mapa ni expectativa salí del metro y una marea de gente me arrastró de vuelta a esa misma plaza. Quizás los lugares turísticos tienen un secreto imán que absorbe a los recién llegados sin darles más opción. La plaza es linda. Es un cuadrado de edificios viejos, aunque al verlos ya de cerca son artificiales y demasiado maquillados con un descarado afán de complacer a la cámara del turista.

Como tenía pocas horas libres entre reunión y reunión fui pragmática. Así que lo confieso: me fui a leer los documentos (de trabajo) en un restaurante justo en en la plaza (el lugar a la derecha en la foto). Luego leí en una guía que es "el restaurante: que no hay que perderse... Sabía que es el típico sitio que normalmente evito pero lo disfruté porque no tenía lentes de contacto y mi miopía me permitió disfrutar del contorno de la arquitectura y los colores de la plaza. Y así logré ignorar lo que le mata la gracia a los lugares... las clásicas escenas turísticas..los clicks de los tours grupos de treinta que bajan de un bus turístico o los vendedores de los souvenirs más abusivos...souvenirs

Me intrigó sentir el sabor triste de la ciudad. No sé si era el gris del cielo o las escasas sonrisas de la gente en metros y calles. Y pensé en Londres - donde también hay un extenso cielo gris y miles de caras serias - y me di cuenta que a pesar de todo Londres no es una ciudad triste. No. Puede que Bruselas no sea triste, simplemente es una ciudad tímida - como esas personas que sólo después de mucho tiempo se revelan con más colorido y alegría...

Pero Bruselas no es tímida en su manera de vender chocolates. Suerte que me gustan porque no se pueden evitar! Existen en las tiendas, en el lobby del hotel, en inesperados rincones... Quizás el chocolate es lo que endulza la cuidad? No lo se. Pero se que apostaría dinero a que es la capital con más chocolates por metro cuadrado.

Y si: compré una cajita y me comí todos los chocolates. Yo sóla despacito uno a uno durante los tres días (tres por día?) La foto es del chocolatero que me los vendió. el justamente encarna Bruselas con una muy tímida sonrisa pero con clara determinación a no dejarme escapar si haber comprado una cajita de chocolates.

Y la foto moderna es...pues claro... la Comisión Europa. (Estaba en Bruselas por una reunión de la Fundación Europea Climática).